Teruel sí existe
Este pasado 24 de Febrero, Ventura, Fede y yo (María) hemos estado por tierras turolenses recorriendo sus alrededores.
El plan era visitar la Sima de San Pedro y realizar tres ferratas de la zona.
Salimos el viernes desde Daimiel hacia Teruel ciudad, donde nos alojamos en el Albergue Internacional. Nada más llegar, en el mismo Pub del Albergue, había monólogos y estuvimos refrescándonos y echándonos unas risas.
El sábado bien temprano, y después de desayunar unas buenas tostadas con jamón de la zona, nos dirigimos hacia Oliete, donde se encuentra la Sima.
Estábamos muy emocionados de ir hasta allí, ya que nos habían dicho que con solo estar allí, ya merecía la pena. Nos costó un rato hasta que visualizamos la boca de la sima, ya que se encuentra elevada en el terreno. Nada más llegar, Ventura emocionado, quería empezar a bajar el material para equiparnos, mientras tanto Fede y yo bajamos a echar un vistazo.
Impresiona y no poco con solo estar allí, menudo pozo!!!
Nos acercamos al cartel informativo a leer e informarnos sobre la sima, cuando justo al lado nos percatamos de un cartel en el cual advertía del peligro de acercarse a la plataforma y del peligro por desprendimientos, ya que es una zona de tierra inestable.
Tras dudar, echar mil vistazos a la zona agrietada y ver el estado de la plataforma, decidimos llamar a Emilio, uno de los veteranos del grupo, para preguntar si cuando hace 2-3 años ellos estuvieron allí, el cartel de peligro estaba ya. Él nos dijo que no, y que iba a intentar contactar con alguien de la federación Aragonesa de espeleología para ver si nos podían dar información. Miramos por todo el alrededor de la boca a ver si veíamos otra cabecera para poder evitar la plataforma, pero no vimos nada, ya que informándonos después vimos que al ser tierras blandas e inestables era imposible montar nada por ningún sito.
Al cabo de un rato, Emilio, nos dijo que no había podido dar con nadie para más información. Nosotros por otro lado intentamos contactar con el ayuntamiento, pero fue imposible ya que era sábado. Les preguntamos a una pareja de la zona por si sabían de algo, pero con ver que ya les daba miedo estar donde estaba nuestro coche, tuvimos toda la respuesta.
Tras pensarlo de mil maneras y ver la placa que había al lado de la plataforma en memoria de un espeleólogo fallecido se nos fueron las dudas, por lo menos a mí.
Finalmente, después de meditarlo, decidimos abandonar misión, con dolor de nuestro alma y dejándonos muy mal sabor de boca por no haber bajado. Pero como les dije a los chicos: sabéis que os digo?? Que el cementerio está lleno de valientes!!!! Pero como dije antes… con solo visitarla merece la pena.
Desde Oliete nos fuimos a Huesa del común, a 28 km, donde nos esperaban las dos primeras ferratas. Es una zona muy bonita, en la cual también hay zona de escalada.
Achicharrados de calor empezamos la primera ferrata. El recorrido no tenía nada de especial, únicamente las vistas, y que terminaba en las ruinas del castillo. A continuación regresamos de nuevo hasta el inicio de la primera, porque justo al lado empezaba la segunda. Esta ya sí que tenía algo más de emoción por sus varios desplomes.Ambas eran cortitas, de unos 30 minutos.
Acabadas nos fuimos a comer a un merendero al lado del pueblo, donde justo al lado pasaba el rio “Aguasvivas”.Una vez terminado el avituallamiento nos fuimos rumbo a Teruel, pero de camino paramos en Utrillas, un pueblo bien bonito donde nos tomamos un café.
De allí a Teruel donde nos duchamos, descansamos y visitamos la ciudad y su gastronomía.
Al día siguiente tras dejar el albergue, para reponer fuerzas, como no, nuestras buenas tostadas de jamón. Ahora tocaba ir hacia el sur de Teruel, a Formiche Alto donde terminaría nuestro finde con la ferrata “Estrecho de la Hoz”. En este caso mucho que decir de ella, tanto por lo bonito del sitio, como por lo larga y exigente que es.
Todo el recorrido transcurre por el interior del cañón. En la primera parte se encuentran las “cuevas de los Estrechos de la Hoz o de Los Maquis”, y como no, fuimos a visitarlas. No eran muy profundas pero sí que tenían alguna que otra formación bonita.
En mitad de la ferrata nos encontramos con la “Sabina Pinera”, un árbol, en este caso la Sabina, dónde en su interior calló un piñón (de los tantos pinos que hay por la zona) y germinó. ¡¡¡Maravillas de la naturaleza!!!
Continuamos por sus varios desplomes, destrepes, puentes, etc… Sus 10 km de recorrido la hacen bastante exigente, sin contar con el regreso hacia el coche. Nos llevó toda la mañana y parte de la tarde hasta finiquitarla.
Con esta última actividad nos despedimos de Teruel y regresamos a la Mancha, y como no planeando una próxima salida.
María
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